Javi, nació aparentemente sin problemas, pero desde su llegada a casa, presento muchos problemas de salud, entre los cuales los más agudos eran los problemas respiratorios, tenía dificultad para dormir, cuando generalmente los recién nacidos duermen mucho y se despiertan a comer, en el caso de mi niño no era así, lloraba mucho desesperadamente y no era fácil alimentarlo. Así transcurrió el primer año sin entrar en mayores detalles, con visitas semanales de hasta dos médicos con diferentes especialidades, neúmologos, alergólogos, gastroenterólogos y hasta un genetista.
Su desarrollo psicomotor era lento, pero lo atribuimos a su estado de salud y a la cantidad de medicamentos, y claro al llegar a los 15 meses, me empezaba a dar ansiedad que el no pudiera caminar solito, lo que si me puso en alerta fue, cuando en lugar de seguir avanzando aun lentamente, empezó a retroceder, y en ese momento, una de las doctoras, bueno, una de tantas recomendó comenzar hacer estudios específicos , fue el inicio de una larga historia de exámenes, que nunca pudieron dar claridad ni solución al problema de mi hijo, que a esas alturas nunca habÍa dormido desde que nació más de tres horas seguidas, pues los ataques de llanto seguían persistiendo, por supuesto mi esposo Carlos y yo tampoco dormíamos más que ese lapso de tiempo.
A partir de entonces, todo lo que hicimos fue en vano para detener el avance de su deterioro, pues lo único que sabíamos es que los médicos sospechaban de una atrofia cerebral http://lasaludfamiliar.com/contenido/articolos-salud-556.htm , y desconociamos la causa, desde los 15 meses empezó a perder todas las habilidades que había desarrollado, perdiendo fuerza muscular desde sus piernas hasta no poder sostener la cabeza un poco después de cumplir los tres años.
Desde ese momento, dependió totalmente de mi, yo era él desde que se despertaba hasta que se dormía, y aún dormido seguía pendiente de él, y empezó la medicación con esteroides y anticonvulsivos, que empeoraron totalmente su estado de salud, y tuve que ir retirandolos gradualmente porque no le ayudaban, pasó por muchas hospitalizaciones muy degastantes tanto física, emocional y económicamente, todo para Javi fue díficil, comer, respirar, defecar, dormir, un momento muy triste fue cuando dejó de sonreir y perdió la fuerza muscular de hasta de su rostro, pero yo tenia un consuelo grande en sus enormes ojos expresivos y brillantes!!!, el se comunicaba con su ojos hermosos!!! podria jurar que nunca dejo de comunicarse conmigo, habia una conexión intuitiva más allá de lo que se pueda humanamente comprender.
El viaje a Cuba en 2008, llegamos juntos con el Huracán IKE, en ese lugar se terminó toda esperanza, pues nos dijeron que definitivamente, no había nada que hacer, estuve dos semanas en ese hospital, con la habitación inundada unos días pues el huracán hizo lo suyo. Al regresar a casa, resultado del viaje y las lluvias era casi de esperar una crisis respiratoria, que lo llevo al hospital nuevamente, en esa ocasión, su médico de cabecera me dijo ¨llevátelo no hay nada que hacer, estará más tranquilo en casa, y vos ya sabes como cuidarlo¨, me lo llevé canalizado (con suero en femoral) a casa, y aprendí a suministrarle medicamento intravenoso, y hasta le retire su cateter pués se obstruyó a media noche y el médico no podía llegar, en esa ocasión le prometí a Javi, nunca más volver al hospital, decidí que mi hijo iba a vivir lo que le faltaba sin más dolores de las inyecciones y los sueros, ni el estrés del hospital.
No es fácil contar su historia en unas cuantas lineas, hay demasiados detalles, pero asi fueron los ultimos años de la vida de Javi, me dedique a darle el mayor cuidado posible, tratando de no descuidar a mis otros dos hijos, que también necesitaban a mamá, pero que son niños maravillosos que supieron ser mi mejor acompañamiento y amaban con locura a su hermano y jamás reclamaron atención, al igual que el amor infinito de mi Carlos, que era mi mayor soporte, quien me daba estructura para poder seguir adelante.
Javier se fue justo cuando ya no podía más, cuando tuve que bajar los brazos y entregar a mi hijo al Dios en el que he creía hasta en ese momento, y que confiaba que lo llevaría al lugar donde pertenecía realmente mi niño, y llegó ese dia tan especial 18 de Junio de 2012, que es tan díficil de explicar como dentro de un cuerpo puede sentirse un dolor tan inmenso que destruye por dentro, y a la vez la tranquilidad de no ver sufrir más a mi principito. Ahora intuyo que hay algo más grande dentro de toda esta historia, un propósito que esta más allá de lo que mi mente pueda entender o imaginar, y asumo al Vacio como mi Origen fuera de la existencia que lo incluye todo y a todos.
Con AMOR (1 13 16 19)
La transitoriedad....eso es lo que nos toca vivir a veces con dolor, aleatoriamente la alegría nos inunda con espasmos de fe y taquicardias de ansiedad, pero solo es eso ...transitar.
ResponderBorrarNos encontraremos al final? nadie lo sabe , solo nos debe confortar una ley física ..."la materia nunca se destruye solo se transforma" y es bajo ese precepto que espero un dia ser uno con mi estirpe que partio antes.
Admiro tanto tu fortaleza, tu sonrisa transparente. Que haces de pronto con todo ese amor que te quedo, con los abrazos no dados? El vacío de lo que fue tu vida tantos años! Y tu...siempre alerta, con tu sonrisa llena de dolor. Marcia, tu hijo y tu siempre seguirán siendo uno, no existe simbiosis más profunda que lo que viviste. El vive en ti y tu en el, y la pureza de tu alma después de lo vivido, te llevará directamente al reencuentro, donde el corre, ríe, juega y duerme...y abrazaran juntos la eternidad.
ResponderBorrarComo un amigo me dijo, es un recodo en el camino., a la vuelta de la esquina te lo vuelves a encontrar.
Un beso
Gracias Marcia, por abrirnos tu vulnerabilidad, así como la tierra nos abraza con lazos invisibles, un MAR DE BENEVOLENCIA absorbe lo que ha sido mostrado. GRACIAS!
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